¿Oponerse al frente gremial será el primer gran error de Macri?

La pelea por la ley anti despidos tiene como peligro el clásico enfrentamiento entre un gobierno no peronista y el frente sindical. Macri tiene razones para su rumbo pero debería negociar. El caso Alfonsín.

La Ley Mucci ( por el ex ministro de trabajo de Raúl Alfonsín) fracasó y fue el principio del fin de el primer gobierno democrático tras el Golpe del 76. Planteaba la democratización de los gremios peronistas dándole una representación en la conducción de los sindicatos a las minorías que obtuvieran el 25 % de los votos.

A partir de ahí una conducción colegiada de la CGT, integrada por Saúl Ubaldini, Osvaldo Borda, Ramón Baldassini y Jorge Triaca, le hicieron 13 paros al gobierno radical. El último sindicalista fue el padre del actual ministro de Trabajo de Macri.
Triaca hijo no es el único que debería aprender de la historia, también está la Piba Bullrich quien quiso hacer un planteo similar al de Mucci en el gobierno de la Alianza y se la llevaron puesta.

Hoy el funcionario Pro trata de parar la Ley anti despidos que motorizó en el Congreso el frente sindical liderado por Moyano. El camionero ya comenzó a desmarcarse del presidente, tras su guiño para que se derrotara a Cristina.

En retirada de la conducción de la CGT, la unidad de las centrales sindicales trae una mala noticia para el gobierno nacional, al que se le abre el frente de la protesta social.

Negociar algo, mientras no se pueda cambiar las cuestiones de fondo puede ser fundamental a la puerta de un costo político de un veto presidencial , ya que la ley de doble indemnización por despidos tiene grandes chances de salir.