Otro secuestro virtual

La semana pasada la víctima fue la periodista Sandra Russo, que tuvo que poner 50.000 dólares por un secuestro virtual. Ahora, la que lo sufrió fue su colega Soledad Larghi, que trabaja en América, aunque su desenlace fue más feliz. “Me llamó mi papá, muy nervioso, y me cuenta que lo llamaron diciendo que era yo. La mujer tenía una voz parecida a la mía y le decía que me había sucedido algo terrible”, relató Soledad. “Cuando le preguntaron cuanta plate tenía en efectivo, dudó. Y le cortó el teléfono. Así, zafó de no caer en la misma trampa que Russo