¿Oyarbide enfrentado con el Gobierno?

Inesperada interna de dos viejos aliados. Oyarbide quedó muy enojado por como le hicieron morder el palito a través de la Policía Federal, con el caso del intento de atentado en el Gran Rex ante la visita del ex presidente colombiano, Alvaro Uribe. En primera medida, el magistrado se enojó públicamente con la Federal, ya que las primeras explicaciones que le dieron sobre el alcance explosivo del artefacto, hallado por un operario en el teatro, no conincidó con la pericia oficial de la fuerza, que habló simplemente de una bomba de estruento. La Policía Federal salió a bajarle el tono a todo el episodio. En una conferencia de prensa en el Departamento Central, el encargado de prensa de la Federal, Néstor Rodríguez, aclaró que el artefacto, de haber estallado, sólo habría causado un fuerte ruido. Esta pericia al juez nunca le cerró y ahora habla de “gato encerrado” y que le cambiaron la bomba. Este episodio crece en consecuencias escandalosas a nivel internacional, ya que no entienden en Colombia cómo un mismo hecho puede tener interpretaciones tan disímiles. En el fuero interno tiene un clara lectura, se está deteriorando la relación política entre Oyarbide y el gobierno nacional. El juez que ha sido pieza clave para frenar causas sensibles a los funcionarios K, tiene ganas de jubilarse y en el Ejecutivo tratan de retenerlo. La ministro Nilda Garré quiere bajar el perfil del escándalo y sancionaría al jefe de la Brigada antiterrorista , José Potocar, y al titular de la comisaria 3 Edgardo Tosetti. Para los colaboradores de Garré, el juez está sobreactuando porque dese tener una causa para irse. Destacan que la pericia fue correcta y que el caso está cerrado.