Pacho O’Donnell: “El médico no lo trataba a Maradona sino se sacaba selfies”

El historiador, dramaturgo y psicoanalista absorbe el análisis empático del fenómeno popular de Maradona. Lo ve como una suerte de Patriota.

Cuando tenía 70 años Pacho decidió pelearle a la muerte. Sin creer en la eternidad, se transformó en influencer subiendo fotos de su espalda desnuda fortalecida por la gimnasia y los fierros. Además de su inteligencia, el historiador corrió con una ventaja en la vida, “no ser Maradona”, al que le hicimos creer que era inmortal.

O’Donnell cree que a Maradona “lo han instalado en el inconsciente colectivo como una suerte de Patriota“. Pone sobre la mesa la proeza máxima del ídolo popular: “Se vengó de Malvinas, primero con un gol burlón y otro un gol que se gambeteó hasta la masajista“.

Una imagen que le quedó grabada fue cuando en el Mundial de Italia 90 insultaba indignado cuando los italianos del Norte silbaban el himno nacional. Ese Maradona conmueve al discípulo de José María Rosa.

Y las comparaciones de siempre? “Maradona fue un hombre político, cosa que Messi no es. Denunció la corrupción de la FIFA y quiso hacer un sindicato de futbolistas“, traza las diferencia.

Maradona tuvo entre tantos tatuajes en su cuerpo, uno del del Che Guevara. Pacho marca dos similitudes entre ambos íconos: ambos fueron incómodos y odiados por una clase. “A Maradona en estos días se lo ama pero se lo ha odiado mucho, sin embargo no hizo mella en el fervor popular“, dice.

“Siempre se jugó Nunca estuvo en la fácil. No se le puede pedir tanta coherencia. Maradona, el Che y el Papa, esos son nuestros emblemas mundiales”, sostiene el escritor.

O’Donnell es un buen espectador del fútbol y le gustó mucho jugarlo. Con sus radiantes 80 años trata de no intelectualizar el juego sino disfrutarlo.

Antes de morir, Maradona estaba por comenzar una tratamiento psiquiátrico, ¿Cómo uno se podría imaginar esas sesiones de un estudioso de la cabeza con un “Dios” terrenal?

No tuvieron la capacidad de tratarlo como un paciente sino como un sobre humano. El médico no lo trataba se sacaba selfies“, concluye Pacho.