Papelón Mundial antes del G20

Barras de River atacaron micro de jugadores de Boca. Idas y vueltas entre la Conmebol , Boca y River. Y Macri quería jugar con visitantes…

Había una vez un país futbolero donde sus mafias enquistadas no permitían jugar un partido que iba ser una fiesta… Ese país es Argentina y la tan promocionada Super final Boca-River es una incógnita. Ahora quieren jugarla el domingo a las 17, como si podría cambiar algo.

Cuando arribaba el micro de Boca con los jugadores y cuerpo técnico, un grupo de barras de River arrojaron piedras al paso, una de ellas le provocó una herida en el ojo izquierdo al capitán Pablo Pérez.

Toda la policía porteña dispuesta para el operativo no pudo contener a una decena de violentos.

En el estadio de River aguardaban, ademas de 60 mil personas, el titular de la FIFA, Giannini Infantino, quien esperaba asistir a una fiesta de ribetes internacionales.

Tras el papelón, los miles de hinchas quedaron en el Monumental como una suerte de rehenes a quienes se les va corriendo el horario del partido en medio de las discusiones de dirigentes.

El mundo ya está opinando de la situación social de la argentina a días de recibir a los principales dirigentes políticos del planeta por el G20.

Un referente del futbol español, ex Barcelona, Carlos Puyol sellar su impresión en las redes…

El único que puso racionalidad ante el equipo de Boca afectado por la violencia fue el Muñeco Gallardo que le dijo a los dirigentes de su club que así no estaban las condiciones para realizar el partido.

Sin embargo, la Conmebol siguió presionando para realizar el partido ya que no habría otra fecha posible.

Las redes también fueron protagonistas para demostrar la lesión en el ojo de Pérez y el momento de la agresión de los barras.

En el 2015 River había sido la víctima en la Bombonera con el ya celebre gas pimienta. La historia se repite. Y pensar que Patricia Bullrich decía para avalar a un Macri que quería jugarlo con visitantes que “como no se podía garantizar un partido de fútbol si se quiere recibir al G20”. La respuesta llegó y la Cumbre se asoma con un terrible signo de interrogación.