Qué le falta al debate sobre las “falsas noticias”

Los principales medios del Mundo se plegaron a una campaña para erradicarlas. La paradoja es que muchas de esas especies luego la levantan los mismos medios.

sLas llamada ‘fake news’ están de moda. Porque existen y porque queda bien, decir que se las combate. ¿Qué es una falsa noticia?

Sin duda la definición más simple y sencilla sería señalar a aquellas que no están chequeadas o directamente se inventan para generar un efecto determinado. La idea se complejiza al avanzar sobre lo que realmente pasa en el rupturista mundo de las redes sociales y la mutación constante que atraviesa el periodismo.

Una de las cosas que está en crisis es el recurso clásico sobre que el periodismo es mediador entre lo que pasa y la sociedad. Hoy por hoy cualquier usuario, con miles de seguidores, puede instalar un tema X o una idea fuerza. Hasta a veces de una forma más efectiva que una tapa de diario clásico.

La competencia con las 5 W del periodismo generó que este no se quiso quedar afuera de la novedad y a ciegas se van contagiando de las nuevas tendencias. Esas mismas “fake news” que pululan en el espacio comunicacional, ahora son levantadas en instantes porque miden y reditúan en seguidores. Tan peligrosos como las falsas noticias son las coloridas info entertainment, que transforman en vedettes a noticias que antes eran simplemente un recuadro.

Las falsas noticias y operaciones no las inventaron las redes, en todo caso las potenciaron y le quitaron la potestad de manejo a  los periodistas “profesionales”. Cabe recordar algunos casos que fueron escandalosos como falsas noticias, antes de que las redes invadieran toda esta discusión.

El País de España publicó ante el atentado terrorista de Atocha: “Matanza de ETA en Madrid”. Después se tuvieron que retractar. Las evidencias fueron otras y apuntaron a Al Qaeda. El responsable de ese título se excusó diciendo que el presidente de entonces José María Aznar le había dicho por teléfono, dos veces y off, que había sido la ETA. El gobierno español lo desmintió.

Pero pensemos que fueron ciertos esos llamados del presidente.¿Uno creería que un presidente puede mentir? Si el principio republicano lo negara al menos el periodista podría haber puesto el potencial o haber dado un margen a la duda, planteándolo como una hipótesis.

Imaginemos por un instante al presidente Macri llamando a un jefe editor para convencerlo que ponga en tapa “Argentina llegó a pobreza 0”.

La consigna en nuestro país de las entidades adheridas a Adepa, fue “este medio tiene editor responsable. No a las noticias falsas en las redes sociales en redes sociales y plataformas digitales”.

 

Hay gobiernos, desde Trump a otros llamados populistas, que hace tiempo arrastran fuertes enfrentamientos con la prensa y sus artículos. La fachada ahí también es ir contra las “fake news” y entonces desprestigiar en forma masiva todo lo que sea periodismo profesional.

La Patria Twittera jura venganza, y creen que esta campaña los quiere deslegitimar.

Se acordaron de Gustavo Grabia, periodista profesional afamado, que difundió los nombres de dos jugadores de independiente supuestamente abusados.

A esto hay que sumarle a los Trolls de turno pagados para anular opiniones críticas a un gobierno o para generar inestabilidad. El desafío es monstruoso y plagado de bancos de neblina.

O los propios políticos que se editan y propagan historias vestidas de noticias hasta que los atrapan en su mentira…

Ante la campaña contra las Fake News, habrá que preguntarse una vez más: ¿está chequeado?