Pichetto y Massa son los que más arriesgan

A nivel personal. Ambos hicieron las jugadas más osadas. Uno desde la fortaleza.El otro desde la debilidad.

Cuando Miguel Ángel Pichetto aceptó la propuesta de Macri, su patente ya estaba en boca de los principales empresarios. El círculo rojo lo bendijo antes que el presidente. Sus primeras semanas como pre candidato a vice fueron dedicadas a tranquilizar los mercados y hasta aplacar el riesgo país. Milagro del rionegrino que parece un globo amarillo de toda la vida.

Cuando Sergio Massa, tras muchos titubeos, terminó recalando en el kirchnerismo, sus cartas ya estaban echadas. O se reciclaba en el Frente de Todos o quedaba stand by hasta nuevo aviso. Lo segundo podría haber sido aconsejable pero su temperamento de protagonismo y el haber perdido territorialidad en Tigre, cerraron la decisión.

Son casos diferentes de dos peronistas que dejarán de ser lo mismo tras las elecciones de octubre.

Pichetto cruzó el río y la otra orilla lo abrazó. Algunos radicales disconformes con el primer gobierno de Macri, se olvidaron de su indentidad peronista y toman su ascenso en la pirámide de gobierno como una oportunidad para ser escuchados.

De ganar Cambiemos, Pichetto será el segundo vice con pretensiones de inferir políticas públicas en la trentaniera democracia. Hasta aquí lo intentó, sin éxito, Carlos Chacho Álvarez.

Por supuesto, que la otra potencial vice, Cristina, tendría un envoltura mucho más potente. El senador ha sido de una influencia concreta en el Senado de la Nación, trabajando siempre para los eventuales oficialismos. De ganar deberá ser el garante de hacer el trabajo de enlaces políticos en los dos primeros años de gestión con gobernadores peronistas y diferentes bloques parlamentarios por afuera del kirchnerismo.

Tarea ciclópea si las hay, sobre todo pensando que Macri seguirá siendo Macri, rodeado de su círculo de referencia personal, encabezado con Marcos Peña.

Desde el despacho del mimado del establishment alientan a que Miguel Ángel pinte otro panorama produciendo un recambio de figuras de gabinete antes de la elección de mitad de término, del 2022.

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En cambio, lo de Massa es una historia hacia adelante menos pretensiosa. Si gana, tendría que lidiar con aquellos que hasta hace poco lo consideraron traidor. Sectores del Camporismo pusieron en pausa su espíritu vengador, priorizando la estrategia de la Jefa.

Al ex Jefe de gabinete le sigue conviniendo realizar una campaña acotada, pocas apariciones con los Fernández, para eludir explicaciones de archivo.

La historia política reciente demuestra que a nadie hay que pegarle la calco de fecha de vencimiento. Massa al explicar su polémico acuerdo, prometió que conseguiría un poder real en el próximo gobierno k: presidencia de la Cámara Baja, Anses y Banco Provincia.

El político vive de creer e intentar que le crean.