Preocupación en el Pro por el perfil diluido de Macri y Vidal

El ex presidente se ha tomado un año sabático. La ex gobernadora pierde volumen político, En Cambiemos la UCR va por mayor protagonismo pero con el peligro del eje transversal de Alberto. A donde va la oposición.

Larreta es el que ve que a Cambiemos no le conviene que a Alberto le vayan las cosas mal. No solo por un sentimiento de responsabilidad ante el delicado momento económico sino también porque detrás se va diluyendo las alternativas y el peligro de un Bolsonaro a lo argento es una hipótesis posible.

Las otras dos figuras del PRO aparecen desdibujadas ante el nuevo escenario de un peronismo que a paso de un pacman devoran el poder, al punto de confundir las prioridades de la coyuntura.

Mauricio se ha tomado una suerte de año sabático. El puesto en la FIFA le servirá para mantener cierta visibilidad, pero en el partido amarillo ya comienzan a inquietarse sobre si no debería asumir una actitud más pro activa ante las instituciones republicanas.

Es cierto que todo lo que diga podría ser utilizado en su contra. ¿Acaso seria creíble de parte del ex mandatario hacer una réplica de como el actual gobierno viene manejando el caso de la deuda externa?

Recluido en un oficina, sus reuniones políticas son contadas con los dedos de una mano, y piensa pasar gran parte del año en Europa con su familia.

Hasta su fiel colaborador, Ivan Pablosky, fue reemplazado por otro vocero aunque se mantiene a tiro para los sagrados encuentros futboleros.

Lo de Vidal es diferente. Ella quiere seguir operando en provincia y en lo nacional junto a Larreta. Sin embargo, las encuestas indican una fuerte caída de su imagen cuando era una imbatible en ese nicho. Fue la dirigente a la que más le pesó la derrota de octubre último. Kicillof agudizó al máximo las criticas sobre la herencia recibida.

Sus asesores estudian como relanzarla. La cara de ángel, que tanto traspasó las pantallas, fue curando en una dirigente áspera. Encontrar el timing del momento le llevaría tiempo mientras acomoda su nueva vida amorosa.

El partido ahora lo preside Patricia Bullrich, un dirigente de confianza de Mauricio pero que divide aguas internas. El debate pasa por definir el reperfilamiento del PRO: insistir con intentar fortaleces una fuerza democrática republicana o derechizarse con la Piba y Pichetto.

Es cierto que todo lo que diga podría ser utilizado en su contra. Acaso, ¿ seria creíble de parte del ex mandatario hacer una replica de como el actual gobierno viene manejando el caso de la deuda externa?

 

 

El radicalismo, como socio mayoritario, sacó un buen reedito en intendencias y legisladores. Sin embargo, la incomodidad se respira a cada momento entre pase de facturas del fracaso de no haber conseguido la reelección en Cambiemos y por la figura siempre presente de Marcos Peña.

Además, los radicales deben contener a propios que ven en Alberto una figura interesante, al canto de sirena de sus continuas reivindicaciones a la figura de Raúl Ricardo Alfonsín.

De principio a final está el análisis sobre un sistema de creencias del electorado que de ser sacrificado a otro fracaso económico podría saborear atajar peligrosos de opciones autoritarias que sean acompañadas por votos explotados de bronca.