Punto muerto y mucho ruido por la ceremonia de asunción de Alberto

No cruzan información entre protocolo de presidencia, Congreso , Cancillería y los equipos entrantes.

El acto del pase de mando del próximo 10 de diciembre, es una incógnita. No porque sea secreto, sino porque nadie se está ocupando de organizar la gran cantidad de cosas que implica una ceremonia de estas características.
Hay muchas personas esperando indicaciones que no llegan. En el Congreso de la nación, el área de ceremonial que depende de la presidencia del Senado, organizó una reunión entre todas las partes para definir aspectos básicos de cómo se iba a organizar el traspaso de mando. Todas las partes se llevaron cosas para resolver, pero no se avanzó nada.
La Constitución nacional indica que el traspaso de mando debe hacerse en el Congreso de la Nación. De ser así, hay que definir quiénes son los invitados, presidentes extranjeros, ex presidente argentinos, senadores, legisladores, militancia, periodistas. Todos tienen que tener una ubicación determinada y organizar eso lleva mucho tiempo.
El problema es que tanto el presidente saliente como el entrante no están abordando este tema y por tal motivo no hay definiciones que permitan avanzar en la organización.
En la Cancillería, el personal diplomático tiene el mismo problema. A esta fecha no tienen ninguna confirmación de qué jefes de estado participarán de la Ceremonia del Besamanos, donde Alberto Fernández le dará la bienvenida a los representantes extranjeros que vengan a su asunción.
Sólo saben los que no van a venir, como es el caso de Jair Bolsonaro. Otro problema a resolver por la Cancillería tiene que ver con la intención de Alberto Fernández de tener a Lula Da Silva y a Evo Morales como invitados el 10 de diciembre. Hay una incompatibilidad diplomática en ese punto que seguramente generará grieta.
En tanto, hay fraseos cruzados sobre medidas que el gobierno saliente toma, como haber liberado el congelamiento de conductibles. Alberto dice que no lo consultaron….