¿Qué hubiera pasado si la cachetada la daba Jada Pinkett Smith?

El feminismo se coló en el debate del escándalo de incidente en los Oscar. Cabe hacerse la pregunta si la cachetada la daba ella, qué lectura se hubiera dado.

Bienvenidos ciudadanos de buenas costumbres. El escándalo del cachetazo de Will Smith al cómico Chris Rock ha sido bajo todas las luces “inapropiado”. A tal punto condenamos la violencia de todo tipo , y de este tipo, que la otra violencia, la de la palabra venenosa del anfitrión de los Oscar, burlándose de una enfermedad de la pareja del Hombre de Negro, pasó a ser un detalle casi menor.

En medio de ríos de tinta y palabras, también entraron al debate miembros del colectivo feminista. Ellas, locales y del mundo , pusieron el tema en otra perspectiva. ¿Por qué un  “machirulo” se cree con la potestad de defender  a una mujer, a la cual la une un afecto especial, si ella puede defenderse por sus propios medios?

Esto viene a cuento de una obviedad, que igualmente conviene recordar en pleno Siglo 21 por si hubiera lectores machistas distraídos, y es que la mujer no es una posesión del hombre. Ideológicamente inapelable. Ahora bien, existe un concepto que se llama solidaridad de género o irtergénero, y es más, estirando el concepto al amor, uno lo que ama lo trata de cuidar, seguro que muchas veces no de la mejor manera como le ocurrió a nuestro actor sentado en el banquillo de acusados.

Salgamos del glamour de la alfombra roja, y pongamos a otros protagonistas en una calle cualquiera de CABA. Ella camina con su pareja, tras una cena romántica, y es acosada por un grupo de desubicados en plena acción de libidinosa. El Will Smith de turno hubiera reaccionado parecido a lo que hizo la estrella de Hollywood. Esta mal, sí está mal, pero la reacción además de ser humana es de una forma instintiva de proteger a ser amado. Sería extraño dejar pasar la situación desagradable para la pareja de uno, como si nada, o mirar como ella se defiende, estilo heroína de Marvel.

Nos dice el colectivo feminista .Por ejemplo,  Alyssa Rosemberg (The Washington Post) argumentó: “Definir la verdadera masculinidad como la voluntad de asestar un golpe en nombre de una mujer es lamentable y cínico, además de retrógrado. Y , por supuesto, sentados en sus casas y con pochoclos, no es, necesariamente, lo que Pinkett Smith quería o necesitaba en ese momento”.

Paremos el análisis ahí , ¿Alguien estuvo en la alcoba del matrimonio para proyectar lo que la actriz hubiera deseado?  El ganador del Oscar se arrepintió , y pidió perdón a la Academia para que no le apliquen fechas de suspensión y pueda volver al escenario del sadismo del rating, donde el show puede merecer todo tipo de golpes bajos , muchas veces tan dolientes como una cachetada.

¿Alguien estuvo en la alcoba del matrimonio para proyectar lo que la actriz hubiera deseado?  El ganador del Oscar se arrepintió , y pidió perdón a la Academia para que no le apliquen fechas de suspensión y pueda volver al escenario del sadismo del rating, donde el show puede merecer todo tipo de golpes bajos , muchas veces tan dolientes como una cachetada.

Es el mismo escenario que durante décadas encubrió a acosadores de actrices y que un día del  2017,  dijo basta con un fenómeno muy valiente llamado Me Too , que luego generó distintas réplicas y relanzó el movimiento feminista. Por suerte, La Academia, dijo que en el caso de la cachetada de Smith iniciará “una investigación formal”.

La radicalización de de ciertas expresiones reivindicativas lleva estos debates a lugares increíbles. Cabe la pregunta: ¿ Qué hubiera pasado si la cachetada la daba Jada Pinkett Smith?

Me animo a proyectar que para algún sector feminista sería una suerte de heroína. O sinceramente, algunos hombre o mujeres no sintieron, en el cachetazo de la diputada Graciela Camaño , al entonces diputado K Kunkel , un abrazo de gol. Eso si “we are the world” para todes.

 

Horacio Caride