La UCR presiona a Macri por un puesto clave de la justicia electoral

Los radicales quieren imponer a Alejandra Lázzaro. Un puesto central con vistas a las próximas elecciones.

El presidente Mauricio Macri tiene en su escritorio los nombres de dos jueces y una jueza que aspiran al puesto vacante en la Cámara Nacional Electoral, un lugar hipersensible para el año que viene.

El puesto está vacante desde 2016, cuando el Dr. Rodolfo Munné falleció a los 87 años, después de pasar 32 años, en el cargo.

La terna, que el consejo de la magistratura elevó al poder ejecutivo, está integrada por, Alejandra Lázzaro, actualmente secretaria del tribunal, Daniel Bejas, juez federal de Tucumán y Hernán Goncalves Figueiredo, secretario de actuación judicial de la cámara nacional electoral.

Le decisión la tiene Macri. En los últimos días, se intensificó un lobby fenomenal de parte de operadores del radicalismo y hasta figuras de primer nivel dentro del partido como lo es Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza, quien pidió al presidente de la nación que sólo envíe el pliego de Lázzaro al senado y no el de los otros postulantes.

No es casualidad el apoyo de la UCR a Lázzaro. Los que la conocen saben que es una mujer muy vinculada al radicalismo.

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Con ella integrando la Cámara, la UCR tendría la posibilidad de influir en decisiones electorales sensibles. Los votos de Lázzaro se complementarán con los del otro integrante de la cámara electoral muy afín al radicalismo: Alberto Dalla Via.

Los radicales hacen fuerza con un argumento muy de moda por estos días: la falta de mujeres en lugares de decisión dentro del poder judicial. Lázzaro es la única mujer de la terna.

“La Candidata” está casada con Alejandro Gómez, un abogado, militante y operador radical muy vinculado a Enrique “Coti” Nosiglia. Su árbol genealógico también opera a favor de Lázzaro. Su ex suegro, fue miembro de la cámara nacional electoral, además de un histórico militante radical y estuvo casado con la madre de Daniel Angelici. Todo tiene que ver con todo.

En medio de esta “partidización” de la Cámara Nacional Electoral, Macri tiene la llave. Deberá decidir si cede antes la presión de los socios de Cambiemos o si le hace un guiño al peronismo y a Miguel Ángel Pichetto, cuyos votos necesita.