Reforma jubilatoria: el gobierno respira tranquilo, pero el dilema es cómo seguir…

Sacó la ley con fórceps. Disturbios en las calles y poco consenso político. ¿El fin del gradualismo?

128 a 116. ¿Fin de la historia o principio de una polémica mal iniciada por el gobierno? La ley de reforma previsional tuvo poco diálogo del oficialismo y mucha furia en las réplicas opositoras. Puesto en esa dinámica del todo o nada, Macri se puso un tubo de oxígeno al lograr la sanción, en un baile inesperado de cierre de 2017.

Lo que también pasó es que el presidente pensó mejor pasar a otra velocidad de gestión. Se empecinó en apurar las reformas, tras su victoria clara en as últimas elecciones. Redefinió el camino planteado por el establishment, “basta de gradualismo”.

El problema, que tiene ese dilema, es que sin apoyos sólidos del peronismo, los cambios son muy traumáticos, al margen del alto costo social de las medidas, que ya viene advirtiendo la Iglesia.

Los caceroleros volvieron a ser noticia. Hasta se llegó a decir que batían cucharones a favor del gobierno. El mensaje, por ahora minúsculo, es que sectores medios que acompañaron el cambio,  advierten cierto fastidio por falta de resultados en la economía. Afectar la caja de los jubilados pudo haber marcado un límite a los apoyos.

En la Rosada discutían cuanto podría favorecer a Macri, la imagen de  calles invadidas por la izquierda y sectores kirchneristas violentos. Es probable un beneficio a corto plazo como ha sido eficaz la insistencia de mantener “viva ” a Cristina. El Relato del contraste permanente, entre lo viejo y lo nuevo,  también tiene fecha vencimiento.

Los apoyos de los gobernadores no se basan en un camino de consensos sobre que país edificar sino , al contrario, es un clásico apriete por parte de la billetera central. Si ese método demostró ser poco consistente, en épocas de dominio peronista, ¿quién garantiza su vitalidad con una fuerza política nueva y aun inexperta?

Rosendo Fraga lo dijo mejor por radio: “El gobierno debe hace una certera lectura de lo que pasó”, y distinguió entre los violentos y los que hicieron sonar caceloras.

Cambiemos conjugaba el verbo “dialogar”. La Ley salió. El recinto enmudeció sin festejos. Alivio…Ahora falta saber cómo sigue la política.