¿Reforma política o fraude?, otro debate desquiciado de la Argentina

Los senadores peronistas le voltearon la reforma política a Macri. El Gobierno llevó la discusión a un todo o nada. Y una realidad que se viene: se acota el hiper presidencialismo.

El paquete de la Reforma política tenía ambiciosos preceptos de mejorar la calidad institucional y la relación democracia/ciudadano. Sin embargo, en el fragor de la batalla entre facciones quedó reducida a un chip electrónico.

El voto electrónico simplifica el voto del ciudadano y el recuento de los mismos. No es una panacea de transparencia.

Senadores peronistas como Juan Abal Medina dieron su punto de vista: “Nuestro proyecto solo contempla la impresión electrónica del voto: hay una máquina donde uno diseña su boleta, imprime un papel que registra la boleta diseñada y tras corroborar que estén todos los candidatos seleccionados, se dobla y coloca en la urna. No hay chip, no hay forma de que se pueda hackear el resultado”.

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El gobierno, de la mano del jefe de la cartera política, Rogelio Frigerio, se enamoró del proyecto oficial llevándolo en la discusión parlamentaria a un todo o nada. Equivocada lectura de los tiempos actuales, donde ya no hay un Ejecutivo que tenga mayorías garantizadas.

A diferencia del debate de ganancias, donde el proyecto oficialista se utilizó para negociar con la oposición, acá no hubo plan B, y ninguna de las bondades del cambio podrán instrumentarse en las legislativas 2017.

Un Cambiemos que maneja bien escenarios de diálogo y políticas defensivas, está careciendo de ideas originales cuando le gana la iniciativa la oposición. ¿No hubiera sido bueno pensar en un plebiscito entre los votantes para mantener la ofensiva del gobierno y no aparecer a fin de año derrotados?

Emilio Monzó es de los que piensa que este tema fue mal orientado. Si el oficialismo se hubiera recostado en un proyecto consensuado de boleta única y dejado para más adelante el voto electrónico en cualquiera de sus versiones, se hubiera anotado un poroto y un salto cualitativo en lo institucional.

Muchos gobernadores peronistas que le prometieron acompañamiento a Macri en sus visitas a Olivos, dieron una contra orden. El enojo y las codicias de un tiempo electoral abierto para las elecciones de mitad de término, tendría que ser atendido por quienes creen en el oficialismo que lo mejor que se está haciendo es política.

Finalmente cabe una reflexión, si es cierto que el actual y “viejo” sistema electoral dio lugar a fraudes electorales (imagen de quema de urnas en Tucumán), ¿qué hicieron en estos más de 30 años de democracia, tradicionales y renovados dirigentes del sistema político?. ¿Fue hasta aquí todo una farsa?. Reencauzar el debate, para no caer en otro enfrentamiento absurdo, serviría para obtener herramientas de mejor calidad democrática.

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