Regazzoni no puede frenar un escándalo en el PAMI de Santa Cruz

La disputa entre el macrismo y el kirchnerismo tiene de rehenes a los jubilados de esa provincia. Los hospitales y las clínicas privadas cortaron hace tres semanas la atención al PAMI. Toda la interna.

La obra social no paga las prestaciones desde noviembre del año pasado. Y la preocupación ha encendido una alarma en el organismo que conduce Carlos Regazzoni, ya que el sistema sanitario de San Cruz está a punto de colapsar y la crisis podría transformarse en un escándalo político de dimensiones impensadas en un año electoral.

La decisión de no pagar ha provocado el cierre de las clínicas privadas de Las Heras, Pico Truncado y Caleta Olivia. La única clínica que queda en pie es Cruz del Sur, que desde hace tres semanas dejó de atender a afiliados del PAMI por falta de pagos desde noviembre.

En Río Gallegos son 6400 los afiliados del PAMI que no tienen servicios. Los anestesistas de toda la provincia decidieron cortar las prestaciones que brindan a la obra social, al igual que la clínica Medisur por falta de pago. A la medida de fuerza también se sumaron los laboratorios del Colegio de Bioquímicos provincial.

Los teléfonos de la responsable de la gerencia de Patagonia Sur del PAMI, Soledad Sandoná, están en llamas por los reclamos tanto de los centros médicos y las asociaciones profesionales, como de los mismos afiliados nucleados en los centros de jubilados de la provincia, que consiguieron su número de manos de los propios prestadores.

Sandoná, que se sumó al equipo de Regazzoni en la gestión nacional tras su fervorosa militancia macrista en el ministerio de Educación porteño, está ahora en la mira de la conducción política del organismo por las impericias en la administración de un conflicto que debía ser abordado con cintura política. Lo mismo sucede con Fernando Domínguez, gerente de PAMI para todo el interior, jefe directo de Sandoná, y nada más y nada menos que su marido.

Weretilneck se metió en la interna del diario Río Negro