Chino Navarro: “No podemos hacer un campeonato de marchas”

El funcionario dice que hay que evitar violencia y buscar una solución pacífica. Reclama que la oposición se siente a mejorar la reforma judicial.

El secretario de relaciones políticas y parlamentarias del Gobierno Fernando “Chino” Navarro trata que la burocracia estatal sea un instrumento real de acción política sin perder la esencia de dirigente que mete los pies en el barro. Una definición lo pinta de cuerpo entero: “Tenemos que hisopar lo social minuto a minuto”.

El Chino admite que la reforma judicial no está en la agenda de la gente. Se queja que los medios no jerarquicen temas como la renegociación “exitosa” de la deuda o el anuncio de las vacunas por Covid, y privilegien la controversia por una reforma que comprende un nuevo modelo de justicia.

“La oposición rechazó el proyecto sin conocer el contenido“, señala a Expediente Político. “Es un disparate que se diga que se para garantizar la impunidad de Cristina”, reflexiona desde su despacho de la Rosada, vía Zoom, tras una agitada agenda gubernamental que lo tuvo atento al debate de la media sanción en el Senado.

Reivindica el rol de Congreso para debatir estos temas y piensa que las cosas no hay que llevarlas cocinadas, entre bambalinas, con reuniones secretas. Invita a mejorar la propuesta en Diputados donde el oficialismo tendrá números muy ajustados.“Dependemos de la oposición para tener quórum”, habilita en guiño de restablecer un circuito de diálogo.

“Massa dijo que hay tiempo y esperamos que recapaciten”, avanza en el temario parlamentario tras una Cristina que le bajó el precio al resultado diciendo que la reforma a debatir no es la real que está en su cabeza..

El episodio de los desgraciados dichos de Duhalde, en la semana, merecen la siguiente reflexión: “Fue un diagnóstico desafortunado, ya que las fuerzas armadas nuestras son diferentes a las de Brasil y la sociedad construyó un consenso con la democracia. Por eso en cada votación vota más del 70 % del electorado”.

Con respecto a la ex presidenta y titular del Senado, el Chino subraya que “estuvo mal que trascendieran los audios de sus conversaciones privadas con Parrilli”. Se distancia de la cláusula del senador por Neuquén sobre los medios, finalmente retirada, ya que “fue poco feliz”.

El texto original decía que se debía comunicar, en forma inmediata, al Consejo de la Magistratura de la Nación, cualquier intento de influencia en sus decisiones por parte de poderes políticos, económicos o mediáticos, y solicitar las medidas necesarias para su resguardo.

Berni, el amigo al que ve con excesivo protagonismo

Navarro trata de mantener equilibrio con Super Berni. Los intendentes peronistas lo cuestionan por su excesivo protagonismo y su particular perfil. “Soy amigo, lo conocí a través de Alicia Kirchner”, cuenta y agrega: “ningún funcionario tiene que poner por encima de la crisis, sus legítimas aspiraciones”.

Recalca que prefiere “funcionarios comprometidos en el día a día, como el presidente”. Al igual que el ministro Arroyo, sabe que los recursos de ayuda distan de ser infinitos. La crisis descansa en la interrelación de Estado y agentes sociales, como las organizaciones de las que se embebe el Chino con su rol de número dos del Movimiento Evita.

Las polémicas tomas de tierras son un problema a resolver donde el gobierno define la ilegalidad pero aún le falta encontrar el remedio. Para el Chino la problemática parte de una necesidad social que “es un delito pero no son delincuentes”, dice subiendo la guardia a lo que piden mayor firmeza.

“Hay que evitar la violencia, y esto se hace con funcionarios que vean que pasa abajo del agua”, no duda. 


“Esto no es un campeonato de marchas”

Mientras se siguen produciendo marchas opositoras  de distinto calibre, Navarro dista de ser partidario de contestar con otras marchas a favor del gobierno. “Esto no se puede transformar en un campeonato de marchas”, señaló resaltando el peligro del contagio y la prioridad de la política sanitaria.

“Entiendo a los que están enojados y creen que somos una dictadura, pero los irresponsables son los dirigentes que convocan”, apuntó y completó su argumento: “Me preocupa el odio y que vayan a insultar a la casa de Cristina”.

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