Santiago Cafiero: un jefe de gabinete que no molesta y es útil a la autonomía de Alberto

Desde el arranque del gobierno, son 4 meses aunque parece un siglo, Santiago Cafiero era difícil de responder por qué el presidente lo nombró en el máximo escalafón de la gestión debajo de su investidura. La repuesta, cuando otras razones viene flojas de papeles, fue y es “un hombre de plena confianza del presidente”.

En varias ocasiones, este joven funcionario, que ya tiene groupies entre la militancia femenina, trastabilló en declaraciones públicas, que actualmente son mas espaciadas y controladas.

Antes de la explosión de la pandemia, el hombre de la remera negra ajustada, había insinuado que el gobierno tenia en carpeta una reactualización tarifaria de los servicios. Lo desmintió el propio presidente de la Nación.

Ese y otros malos pasos lo terminaron acercado más al presidente que alejándolo. Quienes conocen a Alberto dicen que prefiere formar académicamente a un colaborador que aceptar que otros, del Frente de Todos, le coloquen un Jefe de Gabinete “ideal”.

El escándalo de los sobreprecios, frenado a tiempo en Desarrollo Social, le dio control en el sistema nuevo de compras a instrumentar. Sus adversarios internos operaron que uno de los empresarios cartelizados del ministerio adquirió vínculos de confianza con el nieto de Antonio Cafiero cuando este era hombre de Randazzo, en Chivilcoy.

El operativo desgaste es articulado por el Instituto Patria y algunos referentes de agrupaciones sociales que manejan planes.

Los nombres de futuros reemplazantes, pasando la etapa de cuarentena, son activados externamente a la Rosada. Alberto tiene en carpeta cambios urgentes como es fortalecer su equipo económico y echar a Vanoli en la ANSES, pero no se imagina un cambio profundo de gabinete.

¿Quiénes se imaginan en ese sillón y esperan online un llamado ante la emergencia? Son dos nombres curtidos en la gestión y que ya fueron Jefes de Gabinete.

Sergio Massa viene disfrutando las insistentes preguntas que en América TV le hacen sobre si él no se estaba calzando la comunicación del gobierno.

Otro candidato de consenso Cristinista es Aníbal Fernández, quien despunta el vicio de la gestión a cargo de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio. Volvió por sugerencia de la ex presidenta aunque mejoró y mucho su relación con Alberto, quien suele consultarlo con cierta asiduidad.

Dependerá de cuan fortalecido quede el presidente tras los golpes económicos de la pandemia y sus consecuencias humanitarias. En medio de la tormenta, Alberto cree que seria una señal de debilidad cambiar sensiblemente la tripulación.