Sarlo, la trama de los discursos y la distancia entre lo verdadero y lo verosimil

La intelectual quedó atrapada en la Grieta. El kirhnerismo se quedó sin voces de pensadores que lo apalanquen. Lo peor es la maraña en la que quedó la campaña de vacunación.

La intelectual Beatriz Sarlo se vio en la obligación moral de aclarar el contexto en la que personas cercanas al gobernador Áxel Kicillof le ofrecieron vacunarla para una campaña de concientización por la Sputnik V. Su frase mediática: “no quise algo debajo de la mesa”, no fue repetida en sede judicial y hasta sufrió transformaciones, en posteriores reportajes de la escritora.

El episodio dejó atrapada en la grieta a la intelectual independiente . Sarlo nunca adhirió a  Carta Abierta ( ¿dónde están los seguidores de Foster?). Tampoco hizo gala de un anti kirchnerismo furioso. El equilibrio analítico fue su sabia en tiempos de cólera.

¿Qué te ha pasado Beatriz?, le diría ahora, desde un 678 utópico, Orlando Barone. A Sarlo le pasa lo mismo que a usted, contestaría Palito con sabor a nada.

La esposa de Kicillof lo sintetizó, en una arremetida por las redes insinuando que: hizo una sobre actuación de honestidad. ¿Similar a la del Chacho cuando iba en colectivo hasta el Congreso ante una sociedad hastiada de la ostentación menemista?

Sarlo es una exquisita buceadora del entramado discursivo y sus diversas interpretaciones. En un libro editado en el 2005, Tiempo Pasado, señaló con respecto a los discursos en pugna de los 70: ” El circuito comunicacional presenta anomalías en el nexo entre producción, circulación  y recepción, porque no es una producción en condiciones noramales“. Agrega en el análisis: “los tres momentos están distorsionados por esacez de información confiable“.

En definitiva, Sarlo nos dice que la comunicación se transforma muchas veces en una mercancía, que en el caso de la argentina es menos créible que el peso nacional.

Ese libro aquí citado fue publicado por Siglo 21, cuyo responsable fue quien contacto a la profesora de filosofía y letras para sumarla a una campaña de personalides pro vacuna rusa, que finalmente nunca se puso en marcha.

La hipótesis más firme de los dichos y discursos cruzados por el “debajo de la mesa” estarían provocados por un susto o sobre exigencia de la intelectual, al ver el estallido del vacunatorio VIP de Ginés. ¿Habrá pensado que la ola expansiva la llevaría a tener que dar explicaciones por solo haber recibido un correo?

Ser y parececer. Algo puede ser verosimil pero no necesariamente verdadero. Entendida en la materia se ubicó en una trinchera de valor simbólico para el frente opositor.

Todo esto no quita que la gobernación bonaerense fue muy desprolija y amateur. Una campaña pública, con personajes reconocidos, debe encauzarse por canales oficiales y no por sugerencias personales o ideas de la esposa de un mandatario que nisiquiera quiere en que se la considere una primera dama.

Sabato ya no estpa entre nosotros. Cachoa pedió el colectivo. Sarlo la cintura política. Y afuera todo suena verosimil y a la vez poco verdadero.