Scaloni: ese argentino que nunca te deja tirado

A horas de un partido decisivo, el DT ha tenido una performance que acredita su continuidad en el proyecto. Mas allá de un partido de fútbol, hay una conducta.

Lionel Scaloni es de esos tipos que uno le daría, sin titubeos, las llaves del auto, le convidaría un vermut en el living de la casa o hasta le prestaría un libro preferido con la certeza que pronto vendrá de vuelta.

Es difícil racionalizar el por qué. Inspira confianza y derrocha humildad. Siempre tiene la palabra justa. Tuvo un colectivo de periodistas conspiradores a su alrededor , cuando recién gateaba  en su debut como DT. Se bancó el chubasco y sin remordimientos hoy le da entrevistas a todos, fuera de todo tipo de cassette.

Como pollos mojados , periodistas que pretendían un técnico con “altura mundialista”, hicieron un viraje de críticos irracionales a apologistas seriales. Nada hizo perder la esencia, al ex lateral de la selección campeona Sub 20 en Malasia, dirigida por el maestro Pekerman.

De apoco y con criterio de facilitador, encaró la tan ansiada renovación de la celeste y blanca, dándole al artesano Lionel, el grado de confort necesario para reencontrarse con las raíces, para enamorarse de un equipo que lo tiene como referente y convencer hasta el último de los hinchas que esta Scaloneta “no te deja tirada “.

 

 

Es un volcán interno a punto de explotar pero cuando termina una batalla, su boca lanza metáforas que tienden a desdramatizar el fútbol ” Esto es sólo un partido de fútbol, es difícil hacerle entender a la gente que mañana sale el sol ganes o pierdas”.

Verlo familiero con uno de sus hijos, Ian, abrazados y llorando tras la definición por penales ante Países Bajos, fue entender todo.

Sus méritos como técnico son indiscutibles. El equipo juega lindo, una identidad bien sudamericana sin estar atada a un esquema rígido. Pone siempre a quien está mejor. Solo muestra favoritismos ineludibles, el capitán Messi y el motor del equipo: De Paul. Los nuevos jugadores del plantel fueron en verdadero hallazgo de su elección. ¿Alguien sabía, desde los especialistas futboleros, que había un tal Dibu que se comía el arco?

Sin embargo, lo realmente importante es el mensaje permanente que deja afuera de los 90. Ante tanto creído que tiene la Argentina , sin sustento, Scaloni demuestra que con humildad y trabajo , las victorias tienen un sabor extra. Y si toca perder siempre habrá una Scaloneta en el camino.

Horacio Caride