Se termina el misterio en torno a la sanción a River o Gallardo

El tema sumó nafta a la Grieta de la sociedad argentina. Especulaciones de todo tipo. El rol de Angelici y Macri.

En horas del mediodía, la polémica en torno a la actitud de Gallardo desobedeciendo el cepo de movimientos que le puso la Conmebol , tendrá un veredicto.

Anoche, River parecía cocinado por un lobby no solo brasileño sino con pata nacional, y olor a Boca. A la controversial organización Sudamericana de fútbol le disgustó de sobremanera una actitud soberbia del Muñeco, que reivindicó su paso por el vestuario en el entretiempo del partido que River le termina ganado a Gremio.

El escozor comenzó a correr por la espalda de Rodolfo D’Onofrio quien subestimó el escenario y se dejó primerear por los abogados del equipo carioca. Papeles en mano, los representantes de Gremio tomaron el caso como se se tratase de un tema limítrofe a definirse en La Haya.

Si hubiera un juicio real, habría testigos clave del caso Gallardo y River. A Gremio le serviría que declarase el 9 de River Lucas Pratto, quien en declaraciones periodísticas reconoció que la ínfula del DT sobre sus dirigidos es envolvente y decisiva.

A la vez, su “Señoría” escucharía con extrema atención al jefe de estado Mauricio Macri, quien poniéndose en tono futbolero expresó, días atrás, que él preferiría una final que no sea River y Boca, “por la posteriores cargadas”.

Macri es mucho más que un hincha común. Dirigió a Boca e influye actualmente en las definiciones del club y la AFA. Además, en su agenda personal fútbol es igual a política.

Con una calle convulsionada por lo social y la proximidad del G20 en la ciudad de Buenos Aires, su cabeza da vueltas sobre el efecto de tal choque de espectáculo futbolero.

Angelici  interpuso una curiosa queja por la posibilidad que los partidos se jueguen días sábados. Dijo que socios de la comunidad judía pidieron que no sea así por respeto al shabat. Poco creíble su planteo ya que muchos partidos de amabas instituciones se jugaron días sábado.

Quizás no sea para tanto y todo se trate solo de fútbol. Lo cierto es que los planetas suelen cruzarse en un país hecho pelota.