Los tiempos aquellos de Macri con los Gordos

Cuando el gobierno de Macri recién comenzaba y su ministro de trabajo, Jorge Triaca, hacía gala del diálogo con el sector sindical, la relación navegaba por aguas tranquilas, pensando que el turno del peronismo se demoraría por lo menos 10 años más.

El don de adaptabilidad del poder sindical los muestra ahora volviendo al carril de su primer amor: otro presidente filo peronista. Se dan dos situaciones contrastantes, lo que reclamaban duro por bonos de fin de año ahora tiene una paciencia franciscana.

Otros Gordos están acostumbrados a lunas de miel perpetuas con los poderes de turno. En la nueva etapa se viene una invitación a cogobernar con Alberto. ¿Tendrá fecha de vencimiento?

Para Víctor Santa María será un gobierno con participación para el movimiento obrero. “Alberto hay que ayudarlo porque el arranque será muy difícil”, señaló en declaraciones radiales.

Al gobierno de Macri ya lo comparan sin piedad con el de Fernando de la Rúa, aquellos que antes le daban chances de liderazgo por ejemplo en un encuentro de quincho en Olivos, en diciembre del 2016.

En aquella velada, el único representativo que faltó fue Hugo Moyano, quien ya olfateaba sangre en Comodoro Py.

Macri nunca cumplió su promesa de campaña de bajar impuestos a la clase media sino que disminuyó gravámenes solo a las cargas patronales, con el apoyo del Triunvirato de la CGT.

En la foto se los ve de izquierda a derecha. Antonio Calo: “¿Mirá si no le vamos a dar una #Tregua a un gobierno como el de Alberto Fernández, que es la esperanza de los trabajadores? Hay que tener sentido común”.

También se lo ve a Juan Carlos Schmid quien siempre fue crítico a Macri y había dicho que “el gobierno perdió tiempo en no llamar a un pacto económico”. Actualmente, celebra junto con otros popes que Alberto tenga en carpeta como una de las primeras medidas el pacto de precios salarios y tarifas.

Del reclamo del bono se están bajando casi todos. Solo Hugo Moyano aclaró que camioneros lo reclamará como todos los fines de año. Andrés Rodrigues de UPCN y Roberto Fernández (UTA) abrieron un paréntesis sin plazos para aguantar la parada, sin reclamos. El líder de los colectiveros avivó el fuego de “la maquinita” de imprimir billetes para meter plata en el bolsillo de los trabajadores.

El de Gerardo Martínez es un caso muy particular. Alberto cuando era Jefe de gabinete del kirchnerismo tuvo con el titular de la UOCRA un trato distante y hasta despectivo, ya que siempre lo vio como aliado a Macri en la ciudad. Tiempos que cambiaron.

Héctor Daer (Sanidad), uno de los dos secretarios generales de la central obrera, amigo y referente de Fernández en el mundo gremial, quien los invitó de manera personal al convite del contrato político sellado en la CGT.

Con José Luis Lingieri, un histórico equilibrista que representa el poder de las obras sociales sindicales y pugna no tener injerencia en la Super Intendencia de Seguros.

Moyano, que no estuvo en esa vieja foto con Macro, sí se sumó a la nueva con Alberto. Su expectativa es que le paguen con algún manejo de futura área de gobierno para su hijo Facundo Moyano. La relación hay que seguirla de cerca ya que es de desconfianza.

¿Pax social o pax acuerdista? El barquito de papel arranca con tripulantes a los cuales les será difícil disimular el reclamo de la calle.