Temen que en los barrios populares haya prendido la corriente anti vacuna

Los casos se aplanaron con tendencia a la baja en los últimos días. Como siempre, la tentación peligrosa es creer que la guerra contra el coronavirus se terminó. La segunda ola es muy posible que se adelante en la región tomando como espejo el panorama europeo. El invierno tan temido es un escenario riesgoso si no se vacuna a gran parte de la población y a los sectores más vulnerables.

La campaña negacionista anti vacuna y la ideologización que se hizo de sectores políticos por la nacionalidad de la Sputnik V habría prendido fuerte en sectores populares, según referentes sociales que trabajan a diario en las barriadas marginales.

En ese sentido, el secretario general de UTEP (Movimientos populares), Esteban Gringo Castro, advirtió que “comenzó a hacer mella en los sectores populares, el cuidado ante la campaña negacionista”.

Existen comentaros de boca a boca que las mujeres de dichos barrios adviertes que muchos no se quieren vacunar por temores o prejuicios.

El gobierno bonaerense de Áxel Kicillof hizo una alianza estratégica con grupos sociales piqueteros para que ayuden a concientizar en dichos sectores vulnerables, clave en la primer etapa de vacunación social.

El primer colapso, al comienzo de la pandemia, fueron los geriátricos y las villas de emergencia o llamados barrios populares. Alguno de ellos debieron asilarse por algunas semanas como fue el caso de Villa Azul.

Tras una rápida reacción se pudo palear esas crisis y actualmente la evaluación es que solo el 13% de habitantes de esas barriadas en el Conurbano está contagiada de coronavirus. También hubo el fenómeno denominado inmunidad de rebaño, es decir que se llegó a contagiar una porción mayoritaria de la comunidad y naturalmente se inmunizó.

El gobierno no cree que esa teoría pueda volver a producirse en la práctica o prefiere no correr el riesgo: si falla el sistema de salud estaría de vuelta en zona roja.