Todos menos Vidal: lo que no dice el llamado a indagatoria por la “Gestapo”

El juez citó a todos los presentes en la reunión. Para el final quedaron los ex funcionarios de la AFI.

A la 1.45 de la madrugada, el ayudante Luciano Labat empezó el recuento de internos en el sector Sanidad de la cárcel de General Alvear, pero cuando llegó a sus celdas, Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci, aprovechándose de la superioridad numérica, lo golpearon, lo redujeron, lo ataron de pies y manos con unas telas, lo amordazaron y le sacaron los borcegos, el manojo de llaves de la prisión y hasta la llave de su auto Fiat 128.

Era el 27 de diciembre de 2015.

Era el inicio de la triple fuga.

Una de las primeras cosas que hizo la por entonces gobernadora de Buenos Aires María Eugenia Vidal fue remover a la jefa del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) María Florencia Piermarini y a su jefe directo, el subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia César Albarracín. Hizo algo más: al funcionario “heredado” de la gestión de Daniel Scioli le cortó la llegada como fiscal adjunto ante el Tribunal de Casación Penal bonaerense. El año pasado, un juez sobreseyó a Albarracín por la triple fuga.

Ahora, Albarracín es el abogado de Juan Pablo “Pata” Medina, el sindicalista por el que el ministro de Trabajo Marcelo Villegas, el subsecretario de Justicia Adrián Grassi, el intendente de La Plata Julio Garro, el senador provincial Juan Pablo Allan, el jefe de Gabinete de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Darío Biorci, el director de Asuntos Jurídicos de «la Casa» Juan Sebastián De Stefano y el director de Contrainteligencia Diego Dalmau Pereyra recibieron el 15 de junio de 2017 en la sede del Banco Provincia (Bapro) en la Ciudad de Buenos Aires a representantes de las cámaras de la construcción de La Plata para impulsar, con o sin una “Gestapo” -según las palabras de Villegas-, una denuncia al por entonces jefe de la Uocra en la ciudad de las diagonales.

El juez federal Ernesto Kreplak llamó a indagatoria a todos menos a Vidal.

Para eso dividió las indagatorias en tres fases: primero, a los empresarios; después, a los funcionarios; y en tercer lugar, a los espías que respondían a las órdenes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante la presidencia de Mauricio Macri.

Ese orden tal vez indique que para el juez, quien organizó todo fueron los espías de Macri y no así los funcionarios de Vidal.

Albarracín, por su parte, quiere ir contra quien le cortó su carrera judicial.