Tras el sorpresivo hallazgo del Ara San Juan, las preguntas que surgen

La nave apareció donde los familiares dijeron que había que seguir buscando. ¿Por qué se pasó por ahí varias veces y no lo encontraron antes?

En la Argentina, la imprevisibilidad y las irregulares pericias sobre un drama son territorio fértil. Los ejemplos sobran.

El sábado 14 de noviembre de 2009 desde la localidad de José Mármol rumbo a Pergamino, una familia desapareció en pleno viaje de ruta. Durante 24 días la familia Pomar estuvo desaparecida, hasta que el martes 8 de diciembre de ese año las autoridades hallaron los restos de los integrantes de la familia, dispersos alrededor de su propio automóvil, a cincuenta metros de la ruta que ya se había rastrillado por la policía, en varias oportunidades.

La analogía con el submarino es inevitable aunque la profundidad y complejidad del mar es diametralmente diferente a una ruta terrestre.

La impericia de los actores nativos sin duda está facilitada por la falta de recursos y preparación de nuestras fuerzas de seguridad y auxiliares de justicia. Las Fuerzas Armadas entran en esa clasificación de desguace.

La zona marítima en la que termina apareciendo el Ara San Juan, justo un año después de su desaparición, ya había sido ponderada por dos sonoristas de la Armada que en el juzgado de Caleta Olivia ratificaron que le trasmitieron la inquietud a sus superiores inmediatos del COA (Comando de Alistamiento de Adiestramiento), y que éstos le restaron importancia.

Según el mismo planteo, los jefes del COA ,Contralmirante Luis Enrique López Mazzeo, y el capitán de Navío Claudio Villamide, Comandante de la Fuerza de Submarinos (COFS), no habrían ponderado la gravedad del informe a tiempo.

Las familias de los 44 desaparecidos advirtieron tiempo después a la búsqueda del barco norteamericano Seabed Constructor que se insistiera en ese punto. Nunca abandonaron esa idea.

¿Por qué el Ministro de Defensa desactivo el sumario abierto por la propia Marina a los responsables operativos del Submarino con base en Mar del Plata?

Los especialistas internacionales, contratados por el Estado argentino ,hubieran emprendido el regreso a Africa y abandonado la búsqueda por infructuosa si no hubiera sido por la tenacidad de los familiares, cuatro de ellos embarcados en la travesía.

La idea fuerza del gobierno es que el submarino habría implosionado 2 horas después del primer alerta de su capitán, es decir que “era imposible haber hecho algo para rescatar a los 44.

La implosión explica el porqué el casco de la embarcación esté prácticamente intacto en las profundidades del mar, no la razón de la grave incidencia.

El Ara ya había tenido una grave incidencia con ingreso de agua en el snorkel , el 5 de setiembre del 2017, que un informe de la propia Armada decía que debía ingresar a reparación.

Macri y su deshilachado ministro de defensa podrán jactarse que “no los abandonaron”, y al menos decir a un año que lo hallaron.

Lo sumamente complejo será hacerle una “autopsia” fiel al submarino enterado en las profundidades, ya que recatarlo parece una misiono imposible ,mas con los recursos existentes de la Armada.

La jueza Olivia Marta Yáñez tiene en estos momentos el  posible “cuerpo del delito” y así podrá confirmar si el accidente incluye dolo o situación culposa. Pedirá el imposible y sino deberá trabajar con las fotografías sobre el casco del ARA.Su escenario de investigación se ha reactivado.

Ahora, viene el tiempo del duelo de los familiares. Seguramente no tendrán la oportunidad de acercar una flor y un rezo ante una tumba.