Vacunas “Coca” o “Manaos”, el juego peligroso del poder en medio de la pandemia

El Gobierno no ha podido enviar mensajes claros. Quedó entrampado en una pelea ideológica y las dudas sobre el manejo de los intereses económicos con los grandes laboratorios.

Una de las peores crisis globales que reconozca el último medio siglo, plantea una pelea de apariencia superficial sobre quién cuenta con la mejor “figurita” en el tablero de la competencia por las vacunas que salvarían a la humanidad.

Mientras que algunas marcas como Pfizer recogen mayores consensos en el mundo occidental, el gobierno nacional se quedó con una única oferta de inmunidad, la vacuna rusa, herida con un tiro en las piernas en su credibilidad por las propias expresiones del premier Vladimir Putin.

Esfuerzos encomiables realiza la delegación argentina en Moscú para revertir la incredulidad y arrancar con la primera línea del operativo vacunación con la estrella de Belén.

Todo parece reducirse en vacunas de primera marca o de segundas y hasta se especula de dosis “ligth”.  ¿Será de bajas calorías como las gaseosas?

La Sputnik V vino desde el vamos estigmatizada por la famosa Grieta nacional que reduce cualquier idea a algo binario: es bueno si se acerca a un valor propio de pensamiento político o cultural y si es al revés merece el escarnio público. La ciencia con mayúsculas queda reducida a un set de panelistas de Polémica en el Bar.

La negociación fallida con Pfizer tiene distintas explicaciones según las fuentes que se consulten. El Estado nacional señaló que el laboratorio de intereses norteamericanos tuvo exigencias inaceptables a la ley ya sancionada en tiempo record para evitar futuros juicios. Pfizer se limitó a hablar de falta de acuerdo económico sin desarrollar detalles.

Hugo Sigman escribió una desmentida ante un artículo firmado por Laura Dimarco en el que se lo señalaba realizando un lobby para impedir el aterrizaje de Pfizer en el mercado local para priorizar la vacuna de AstraZeneca. El empresario se quejó sobre que se siembren dudas en un momento tan delicado.

Sectores de la oposición aprovecharon para hacer correr sospechas de sobornos que habrían sido rechazadas de pleno por el consorcio internacional.  Y amenazan con elevar un juicio político a Ginés.

Alberto quedó rengo, al tener un gabinete muy lejos de estar a la altura de las circunstancias. Primero falló con sus asesores sanitarios, núcleo de expertos prácticamente disuelto por el desgaste de un comunicación errática.

Cristina apuntó a varios ministros (sin nombrarlos). Se sabe que entre ellos quiere afuera de la cartera de Salud a Ginés Gonzáles García.

Y fue por más… “Argentina debe ser el país de la región q más inversiones tiene en salud pero está dividido en 3 sistemas: el público, el privado y las obras sociales. Tenemos q repensar un sistema integrado de salud en donde podamos articular todo“, dijo.

La paradoja planteada es que su lectura de la necesidad de rotación en un gabinete deteriorado cae de maduro pero si Alberto cede ahora quedará aún más debilitado.

La paradoja planteada es que su lectura de la necesidad de rotación en un gabinete deteriorado cae de maduro pero si Alberto cede ahora quedará aún más debilitado.

Los funcionarios aparecen declarando provistos de capas de amianto y sin ponerse colorados de vergüenza, pueden llegar a decir: “Las declaraciones de Cristina son un estímulo peronista“.

La mutación del virus en Gran Bretaña puso en alerta a la Unión Europea sobre la factibilidad de que todo lo planificado hasta aquí con los planes mundiales de vacunación deban corregirse y signifique un retroceso en los tiempos de neutralizar el Covid. Parte del problema es la aceleración que el campo científico debió darle a sus investigaciones por presiones de la economía.

Mas que nunca, será otra prueba de fuego para los líderes mundiales, devaluados ante el frenético paso hacia lo desconocido. Un tal Alberto sabe que no alcanza un 6 para zafar.