En el centro de la escena, Vidal levanta el ánimo del gobierno

Si alguna duda quedaba que Vidal, iba a ser clave en la campaña electoral de octubre, quedó despejada con sus últimas apariciones mediáticas.

En varias apariciones en medios masivos de difusión (Radio Mitre y Canal 13), puso foco en el conflicto con un sector del gremio docente. Y si bien reiteró que “no se trata de una guerra”, apuntó que hará valer la conciliación obligatoria dispuesta por el Ministerio de Trabajo para que los chicos de las escuelas públicas vuelvan a las clases, en su totalidad.

Por un lado, señaló estar dispuesta a dialogar, pero por el otro subrayó que se mantendrá firme frente a los planteos “para la foto” del dirigente de SUTEBA, Rodolfo Baradel.

Vidal se colocó en el centro del ring y ante las críticas de Baradel y los problemas presupuestarios en la provincia, les enrostró “cinismo” a “los que ahora se enojan y me quieren presentar como una dura”.

Manifestó que no quieres ser vista como “dura”, sino “seguir siendo yo misma, firme, sin perderme y creer que el poder es mío y por eso dejar de recorrer, como hago, los barrios humildes”.

Expresó no estar pensando en términos electorales, pese a lo cual aportó un dato sugestivo. Como si fuera un golpe directo a la cabeza de los reclamos salariales docentes:  indicó que siempre los paros de SUTEBA tenían más de un 80 por ciento de aceptación y que en el presente ronda el 35 por ciento. Consideró tal circunstancia, como un cambio en el que están empeñados los propios maestros, los funcionarios de su administración y los padres de los chicos.

“No somos Baradel y yo los que estamos cayendo en paracaídas…..los que están cayendo en paracaídas son los chicos”, sostuvo.

Insistió en que no hay una fecha límite para dirimir el pleito. Acotó que presentar la puja como “la bella y la bestia” entre ella y Baradel (algo similar a lo que ocurrió en 2015, con Aníbal Fernández), “es una cuestión machista”, que no tiene en cuenta los elementos que están en juego, entre ellos el presentismo y la evaluación de los alumnos, que es resistida por los dirigentes gremiales.

“No me voy a dar por vencida hasta lograr un acuerdo”, dijo. Aceptó que los maestros deben ganar más, pero adecuándose a las propuestas mejoradas que se le van haciendo, sin llevar la discusión “al terreno político”.

Pidió transformar el grave diferendo “en una oportunidad para millones de chicos que van a la escuela pùblica”. Y comentó que si bien no puede anular subsidios a la educación privada que vienen de la época kirchnerista, mandó revisar algunas partidas que se asignan a colegios religiosos donde concurren personas de mayores poder adquisitivo.

“Es cierto, los docentes tienen que ganar mejor, pero pongamos todas las cartas sobre la mesa”, puntualizó. No le dejó de reprochar a Baradel el incumplimiento por no respetar la conciliación obligatoria, aunque aclaró que su objetivo no es “provocarle una derrota”.

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