Ya lo califican como el hecho “más bochornoso de la historia de la Corte”

Los cortesanos aparecerán en una foto del J20 para dar a entender que el cuerpo está íntegro. La historia detrás de una rencilla que impactó de lleno en la política.

Los Supremos del G20, es decir los ministros de las Cortes de los principales países, posaron en una reunión de trabajo en el CCK. Pronto esa foto, que incluye a los cinco Supremos de Argentina, estará en la página web de la discordia. El CIJ (Centro de Información Judicial) se transformó en la excusa de la pelea cuerpo a cuerpo entre el nuevo presidente, Carlos Rosenkrantz y el saliente, Ricardo Lorenzetti, que siente a este espacio informativo como su creación y una huella de gestión.

Demasiado poco para tamaño tole tole. Ayer, cuando se iban conociendo detalles de la pelea, a los demás miembros del Alto Tribunal no se les escapó que el asunto impactaría fuerte en la opinión pública.

En los pasillos del poder judicial ya califican el escándalo como “el más bochornoso de toda la historia de la Corte”. Los jerarcas de la justicia no acostumbran a estar en los diarios por perder la compostura. Con esa cuestión “técnica” la porosidad suele cerrarse y abroquelarse.

¿Acaso algunos de los actuales miembros pueden sorprenderse con el efecto público que tuvo el fallo del 2X1, que iba a dejar libre a los represores de la última dictadura?

También se recuerdan temas personalísimos que incomodaron como cuando la secretaria privada y amante del ex Ministro Belluscio se cayó de un balcón en París.

A la vez, la llamada mayoría automática de los 90, la Corte Menemista, absolvió a varios poderosos acusados de corrupción como fue la causa contra Franco Macri por contrabando de autos. Las cuestiones, en todo caso y con el tiempo, se maceran en juicios políticos o renuncias pactadas.

Nunca como esto que parece haber indignado más que todo a la “Patria judicial” y sorprendió al gobierno en un momento muy delicado.

Del nivel jurídico e intelectual de la actual Corte todos coinciden en ponderarla. Rosenkrantz, de todos modos, debe pasar la prueba de conocer los tiempos y las formas de administrar el poder en un valet de egos y peleas palaciegas. Su debut, a casi un mes del acuerdo que lo consagró, ha sido al menos deficiente.

Para el próximo acuerdo se espera un paño frío que alivie la fiebre de la Dama de la Justicia. El Ministro más componedor, Horacio Rosatti, impulsa llegar a un comunicado consensuado, una especie de disculpas públicas por el papelón, que aunque esté circunscripto a dos personas contaminó a todo el Cuerpo.

Lorenzetti, Rosenkrantz y el presidente Macri

Sucede que Rosenkrantz ordenó, a través de una resolución interna, que el secretario general de Administración proceda a recuperar “la totalidad de los dispositivos tecnológicos” y las claves necesarias para la administración del Centro de Información Judicial (CIJ)

Lorenzetti, el que se sintió tocado por el desplazamiento de su gente, contestó por escrito en forma intempestiva: “Lamento muchísimo semejante mediocridad pero, estando en juego el prestigio de la institución, me veo obligado a contestar”.

“Hace muy pocos días, Usted se apersonó en el despacho de la Secretaría de Comunicaciones efectuando expresiones que contrarían las directivas de la política de Estado en materia comunicacional, proponiendo una suerte de privatización del Centro de Información Judicial (CIJ)”, agregó.

Falto de tacto de ambas partes pero el más afectado por el cabaret  fue el flamante Presidente. Un funcionario de gobierno se sintió avergonzado cuando integrantes del G20 le preguntaron por el incidente. “¿Cómo los podemos convencer de inversiones sumado a los problemas que ya tenemos si tenemos una Corte con Tom y Jerry?”, señaló con tono de humorada.