La licencia del presidente de la AMIA no detiene el escándalo

Agustín Zbar tuvo que pedir licencia por la carta dirigida a la DAIA. Su pasado radical y las internas en la comunidad judía.

La comunidad judía sufrió un cimbronazo desde que trascendió una carta que le había mandado el presidente de la AMIA, Agustín Zbar, a la DAIA para que desista de la querella en la causa del memorándum con Irán. Producido el escándalo, la AMIA sacó un comunicado en el que habla de “expresiones desafortunadas“. Pero la carta era bien explícita y ya tuvo consecuencias: Zbar tuvo que pedir licencia y ahora la mirada está puesta en sus motivaciones. Algunos apuntan a un vínculo entre el dirigente con pasado radical y el diputado Leopoldo Moreau, operador todoterreno de la ex presidenta Cristina Kirchner.

Zbar es un jurista egresado de Harvard que se inició en el alfonsinismo y mantuvo fuertes enfrentamientos con Alberto Nisman. El fallecido fiscal de la causa AMIA lo había denunciado por amenazas en 2009 y Zbar fue sobreseído por la Justicia.

El hombre del conflicto fue legislador porteño (1997–2000), diputado nacional (año 2005) y fue procurador durante la gestión de Jorge Telerman en la Ciudad.

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Horas después que se filtró la carta a la DAIA, la cúpula de su propio partido comunitario, el Bloque Unido Religioso (BUR), le transmitió a Zbar su disgusto por el contenido de la misma pero sobre todo por sus declaraciones posteriores en las que puso en duda que el memorándum con Irán estuviera bajo sospecha de haber sido un pacto de impunidad para la investigación del atentado a la AMIA.

La comisión directiva de la AMIA aceptó la licencia “indeclinable” y “por tiempo indefinido” presentada por Zbar y solicitó a la DAIA el retiro de la carta que había enviado días atrás, con el fin de “dejar sin efecto el requerimiento efectuado” para que abandonara la querella judicial contra la ex presidenta y otros acusados por la firma del memorando con Irán. Pero el escándalo continúa.