Arroyo se cubrió del escándalo de compra de alimentos con la autorización de un amigo de Alberto

El caso es una mancha de la transparencia que alegaba tener el nuevo gobierno. Sacude a un funcionario que tiene un curriculum hasta ahora intachable.

El Ministerio de Desarrollo Social pagó tres veces más lo que salen los paquetes de fideos a una empresa alimenticia para poder repartir bolsones de comida en el conurbano bonaerense.

Daniel Arroyo reconoció la diferencia de precios, que perjudicó en millones de pesos al Estado, pero aseguró que eso fue posible por la urgencia de la compra en medio de la pandemia.

Por si no fuera suficiente, el ministro informó que “todas las compras fueron realizadas bajo la supervisión de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), es decir el organismo que audita todo lo que sucede dentro del Estado.

Esa fue la forma elegante que usó Arroyo de apoyarse en un funcionario muy cercano al presidente Alberto Fernández para intentar blindarse internamente ante la primera polémica por posibles sobreprecios del Gobierno.

La Sigen es encabezada por Carlos Antonio Montero, un funcionario de bajísimo perfil, pero con llegada directamente al jefe de Estado, a quien conoce de sus épocas de estudiante en la Facultad de Derecho.

Como sea, la compra de urgencia del Ministerio de Desarrollo ya provocó los primeros chispazos en la coalición: el líder de la CTEP, Juan Grabois, pidió públicamente que el Presidente le “ponga los puntos”al responsable.