Cómo sobrevivió Echegaray y la anécdota del champagne

Ricardo Echegaray estuvo con un pie afuera del Gobierno durante varias horas. Sus allegados llegaron incluso a despedirse de su empelados de confianza. “Hasta acá llegamos“, repitieron sus hombres y mujeres de confianza cuando el Gobierno pidió la cabeza de la ex titular de la Aduana, Siomara Ayerán. 

La negociación fue frenética. El titular de la AFIP tuvo que enfrentar a la presidenta más de una vez en menos de una semana. La primer reemplazante, una mujer sugerida por el ministro de Economía, fue rechazada de plano. Entonces Cristina se inclinó por Carlos Sánchez, quien fue vicejefe de gabinete durante algunas horas. Echegaray también se opuso. Cuentan en al AFIP que en esa reunión, Cristina sacó un papel que le había dado el titular de la AFIP hace dos años con varios nombres, uno era el de Sánchez. Echegaray no tuvo margen de maniobra: sigue en su puesto, pero con menos poder. De hecho, se frenaron ascensos y designaciones políticas que estaban previstos para fin de año. También tuvo que dar marcha atrás con una reestructuración importante en la regional de Bahía Blanca. Dicen en la AFIP que Echegaray nunca llegó a embalar sus pertenencias, como circuló en los medios. Es más, antes de ir a ver a Cristina a la Rosada, le pidió al mozo que trabaja con él: “Poneme el champagne en la heladera que cuando vuelvo festejamos“.