El hotel boutique de Cristina está vacío, pero recauda 50 mil US$ mensuales

Pese a la calidad de sus instalaciones, los huéspedes de lujo que cada tanto lo visitan, y que integra el selecto grupo de los hoteles “virtuosos” –una categoría reservada a unos pocos– el hotel boutique de Cristina Kirchner nunca logró captar el interés de los visitantes de El Calafate. Los números que tiene la JusticiaEn los últimos cuatro años, el promedio de ocupación anual de Los Sauces no supera el 30%, sobre un total de 42 habitaciones disponibles. La peor temporada fue la de 2013, con un 21,6% de ocupación, según datos que figuran en la causa Hotesur y que fueron revelados por Clarín. Los números trepan en verano y se desploman en invierno. La ecuación se repite todas las temporadas. Con todo, la familia Relats, inquilinos desde 2007, tiene intención de renovar el contrato que vence el 30 de noviembre, diez días antes del final del mandato de la Presidenta.

Actualmente, la familia Kirchner cobra 50 mil dólares mensuales por el alquiler de Los Sauces, muy lejos del contrato pactado entre Juan Carlos Relats y Néstor Kirchner por 210 mil dólares. El alquiler se paga en pesos, al cambio oficial, mediante transferencia, según pudo saber Clarín.

El contrato estipula que si el nivel de ocupación mensual supera el 50%, la tarifa aumenta mil dólares por cada punto extra, aunque es un escenario poco frecuente. En 2012 se dio una sola vez, en noviembre, con un 58% de ocupación. Y al año siguiente también hubo un solo mes con tarifa extra. El año pasado, en cambio, cinco meses de verano superaron la barrera del 50%.

Las planillas secuestradas en los allanamientos ordenados por el juez Claudio Bonadio el 13 de julio pasado evidencian la realidad histórica de Los Sauces, el niño mimado de Cristina, que diseñó ese hotel junto al arquitecto Pablo Grippo. En 2011, el nivel de ocupación anual apenas superó el 30%. Al año siguiente se cayó hasta el 27,8%. El peor registro corresponde a 2013, con un 21,6%. Los datos generan dudas en la Justicia, que aún investiga una posible maniobra de lavado de dinero mediante los hoteles de los Kirchner.

Las cifras responden a un promedio anual. Desde que abrió sus puertas, Los Sauces tiene un pico de ocupación en verano y sobrevive en invierno. Los meses de junio, julio y agosto está prácticamente cerrado (hay una sola casa abierta), y se gestiona con un puñado de empleados. Así, el nivel de ocupación en invierno nunca supera un dígito. Dicho en números: apenas 7 personas se alojaron en julio de 2013, y al mes siguiente totabilizaron 19. Otro ejemplo más reciente: en mayo del año pasado, 20 clientes pagaron para dormir en Los Sauces. La puerta del hotel igualmente nunca se cierra por pedido expreso de Cristina Kirchner, que se garantiza así su alquiler mensual.

El nivel de ocupación de Los Sauces nunca fue transparentado. En una entrevista con el diario Perfil, Silvana Relats, heredera del Grupo Panatel, dijo hace un año que el hotel está lleno “desde el 20 de diciembre hasta el 15 de marzo”.

Los inquilinos no quieren dejar el hotel. Argumentan que sigue siendo rentable porque tiene una tarifa promedio muy alta y obtiene altos ingresos por alimentos y bebidas.

Las negociaciones para renovar el contrato de alquiler entre Panatel y los Kirchner, dueños del hotel, están en marcha, pero recién se activarán luego de las elecciones del 25 de octubre.