El cuerpo del empresario que murió por COVID y vino embalsamado sigue en Ezeiza

Elias Masri era argentino, pero vivía en los Estados Unidos desde fines de los 80. La investigación apunta al Jefe de bodega de Aerolineas.

La familia de Elias Masri aún no puede cumplir con el último deseo del poderoso empresario: ser enterrado en Argentina. El viaje irregular en un avión de Aerolíneas tiene aristas misteriosas y francamente contradictorias.
Mientras Aerolíneas aduce haber sido engañada por la familia que habría omitido información, los deudos sacaron un comunicado señalando lo contrario.
En ningún momento se falseó o se ocultó información ni documentación”, dijeron y apuntaron contra el Ministerio de Salud de la Nación que decidió presentarse como querellante y abrir una investigación a fondo.
ExpedientePolitico pudo saber que pese a que familiares quisieron llevarse el cuerpo, la fiscal de la causa lo impidió. La justicia quiere tener atado algunos cabos sueltos. ¿Quién mintió y por qué?
Expediente pudo saber que pese a que familiares quiseron llevarse el cuerpo de su ser querido, la fiiscal de la causa lo impidió. La justicia quiere terner atado algunos cabos sueltos. ¿Quién mintió y por  qué?
La Justicia pidió el listado de la tripulación del avión de Aerolíneas proviniente de Nueva York pero sobre todo apuntan al Jefe de bodega quien es el que debe autorizar el ingreso del difunto.
Elias Masri era argentino, pero vivía en los Estados Unidos. El 9 de abril murió por coronavirus en Nueva York, la ciudad con más casos en Estados Unidos.
Masri fundó en los años 50 Falcon Properties en Buenos Aires. “Nosotros creamos una nueva manera de hacer negocios en la Argentina”, aseguraba desde su página web. “El diseño a medida, los acuerdos de intercambio de activos y los servicios empaquetados”, destacaba.
La empresa creció rápidamente y Masri se mudó a Nueva York para establecer allí una filial, que en pocos años se convertiría en la más próspera de las dos, tanto que toda su familia se trasladó a Manhattan para vivir con él. Su hija Florencia comenzó a trabajar en la compañía.
Pero ese 9 de abril comenzó una segunda historia de sufrimiento de su familia: cómo hacer para trasladar sus restos hacia su Buenos Aires natal. A pesar de que un cadáver conserva el coronavirus, por lo que puede contagiar a quien lo manipule, su hija consiguió trasladarlo en un avión de Aerolíneas Argentina donde viajaban repatriados.
La Justicia de Lomas de Zamora, con jurisdicción en el aeropuerto, determinará quién permitió subir un cuerpo embalsamado.