Kicillof al borde del default arriesga en la cornisa

El gobierno bonaerense confirmó que no podrá asumir el vencimiento del próximo 26 de enero.

Una jugada audaz. Así lo califican fuentes gubernamentales de ambos lados de la orilla del Frente de Todos. Una movida, que aunque suene de tensión interna, traslada la papa caliente a la decisión del Fondo que sabe que la región y la Argentina están “miráme y no me toques”. ¿Fue una jugada en tándem?

Si bien, es cierto que el ministro experto sobre la deuda,  Martín Guzmán, fue el encargado de aclarar que Nación no irá en auxilio de la provincia.

En medio de otros entuertos y declaraciones cruzadas, como las competentes a la Seguridad, la “mala noticia” pareció un punto de ruptura.

Inmediatamente, Kicillof anunció que pedirán la postergación del próximo vencimiento previsto para el 26 de Enero. Se reclama estirar el pago de USD 571 millones hasta el  1 de mayo.

El mandatario provincial viene de obtener una Ley impositiva sacada con fórceps y modificada por la oposición, restándole recursos planificados hacia adelante. Hoy podría pagar el primer vencimiento pero entiende que seria calamitoso hacia adelante.

El caso es consensuado y seguido de cerca por la administración central, como un leading case. Si le sale a Kicillof habrá posibilidades de replicar la historia en la negociación clave, del mes de marzo, donde Guzman se quiere transformar en el nuevo Lavagna o Super ministro. Es una verdadera prueba piloto.

Decir no , representa para la Nación cerrar la puerta a un efecto dominó de demandas de recursos de otras provincias que están en rojo. Señal de responsabilidad fiscal bine vista en el FMI.

Cómo se llegó a estar al borde del default en la provincia es sin dudas un corresposabilidad de anteriores administraciones que le dieron a la maquinita o como Vidal tomaron deuda que en un 80% de ese total corresponde a deuda emitida en moneda extranjera bajo ley de Nueva York.

El caso es consensuado y seguido de cerca por la administración central , como un leader case. Si le sale a Kicillof habrá posibilidades de replciar la historia en la negociación clave, del mes de marzo, donde Guzman se quiere transformar en el nuevo Lavagna o Super ministro.

La señal de audacia de Kicillof, consensuada con la Rosada, espera ahora la respuesta de los agentes Fondomonetaristas.

Alberto ha tirado la expectativa de un acuerdo exitoso global hacia fines marzo. Es un misterio en qué se basa la expectativa positiva sobre la marcha de la negociación con los acreedores externos.

La Provincia debe asumir, en todo el 2020, un total de pagos por más de 2.700 millones de dólares. Técnicamente el default coquetea como el paciente en terapia intensiva con la muerte.

El distrito bonaerense siempre ha sido el aviso de las tempestades. De su suerte depende la mayoría. Nación lo sabe. Por eso Guzman no es le Director que amonesta al mal alumno sino forma parte del mismo barco bamboleandose en una brava marea.