Macri ratifica el rumbo y profundiza el ajuste

En Olivos, solo escuchó a la Mesa chica. Seguirán puliendo el fin de semana medidas concretas para achicar el déficit y conseguir plata fresca. El costo social será alto.

Macri está convencido que el FMI lo va a contener financieramente para llegar a la meta. La crisis del tipo de cambio y la confianza lo ha puesto en el centro de la tormenta a él y su grupo reducido de colaboradores.

Al Fondo tampoco le sirve que Argentina fracase. Lagarde se juega una partida personal de cambio de imagen del organismo y EE.UU. quiere espantar a los “populismos” que lo tuvieron a maltraer en la década pasada.

A partir del lunes, el Gobierno tomará un paquete de medidas económicas, como ampliar las retenciones al campo.

El presidente sabe que se va quedando sin seguidores en el credo de los optimistas acérrimos. Las maniobras político-electorales van quedando en un reducido margen de maniobra.

Marcos Peña no se toca, por ahora. Decir que si lo echa ya están solucionados los temas económicos políticos es francamente un mero reduccionismo. Sin duda, su soberbia y aislacionismo han contribuido a agravar la situación.

Pichetto volvió a ser un aliado circunstancial en la necesidad de destrabar cuestiones centrales en el Parlamento, como el presupuesto 2019. A Massa también tendrán que digerirlo si se quiere superar la sensación de falta de gobernabilidad.

El músculo político debe entrenarse para salir de la encerrona de un gobierno que ganó claramente las elecciones de mitad de término, pero se encamina hacia diciembre como un primo lejano de la Alianza.

¿Quién jugará ese rol? Frigerio está apto fue el único funcionario con sentido común en la semana más trágica del gobierno de Macri. Con su cara y palabras habló de que todavía hay gente el Ejecutivo que percibe la realidad.

El tema es que lo dejen jugar y que sus aperturas de puertas con gobernadores sea luego consecuentes y reafirmadas por la mesa chica.

Los radicales, salvo Cornejo lo miran por tv. En plenas turbulencias, Ernesto Sanz se atrincheraba en la soledad de sus actividades privadas en Mendoza. Hace nada mas que dos meses, Macri había constituido una mesa política, en la que el co fundador de Cambiemos tenia un rol central. Hoy nadie lo consulta.

Seguramente, habrá cambios de nombres antes de fin de año. Distintos los que quiere el círculo rojo o cierta parte del periodismo.

Se menciona una posible repatriación del embajador de España, Ramón Puerta. El misionero es muy amigo de Macri. Es que el presidente entiende así la política: cubrirse de amistades y armar un círculo pequeño de confianza. Hay que ver si le alcanza.

La Nación no es Boca, ni tiene tan buenos jugadores.