Qué le prometieron a Manzur para agarrar la Jefatura de Gabinete

Control en varias áreas sensibles del gobierno. El tucumano cree que podría ser candidato a presidente. Un pragmático que tiene el desafio de ver como se lleva con Cristina,

El ex gobernador tucumano, Juan Manzur, es un hombre de tinte pragmático. Como muestra tiene una vocera de confianza que es pañuelo verde, siendo él un furioso celeste anti abortista. Ni bien se fue acomodando a la nueva misión, el Jefe de gabinete marcó claras diferencias con su antecesor, Santiago Cafiero, quien pasó con “premio consuelo” a ser el Canciller.

Manzur se sentó al lado de la Ministro de Salud, Carla Vizzotti y declaró el fin de la etapa restrictiva pandémica más dura, utilizando como símbolo el barbijo que ya no será de uso obligatorio en lugares abiertos.

Además, el tucu marca ritmo en las primeras horas de servicio. Abre la Rosada a las 6:55, tendencia que comparte con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, otro madrugador para pensar el rearmado gubernamental.

Como vice jefe de Gabinete lo acompañará Jorge Neme, que cumplía funciones en la Secretaría de Comercio de relaciones exteriores. A la vez quiere ubicfr a uno de sus hombres de confianza, el legislador tucumano Gerónimo Vargas Aignasse, en el Ministerio de Interior, donde sigue Wado de Pedro.

Sus expansivos movimientos internos también se vieron al reemplazar al Secretario de Medios, Pancho Meritello (cuñado de Gustavo Beliz) por Valeria Zapesochny, feminista, pañuelo verde, una verdadera rareza al lado del conservador Manzur.

Zapesochny conoció a Manzur compartiendo labores con él cuando fue Secretario de Salud de La Matanza, por Alberto Balestrini a instancias de Ginés Gonzáles García. Esto fue en el 2001, agitados años en los que junto a la ahora Secretaria de Medios lo viene acompañando. La funcionaria es especialista en Comunicación, de pocas pulgas en el trato personal, y durante la gestión de Juan Pablo Biondi se dedicó a ser nexo con los medios del interior.

Manzur llegó al alicaído gobierno de Alberto bajo la promesa de hacer y deshacer, imprimiendo su perfil de gestión. Dicen que sus ambiciones son generosas: ser candidato a presidente en la próxima presidencial 2023.

No es la primera vez que llega luego de una derrota electoral. En 2009, según contó Raúl Timerman en su columna de C5N, Néstor Kirchner lo mandó a llamar para reemplazar a Graciela Ocaña. También fue después de la derrota de las testimoniales. Hasta le mandó el avión presidencial a Tucumán para que llegara rápido.

En tanto, será toda una experiencia a seguir cómo se llevará con Cristina, que habilitó en una carta pública su pase a Nación, no siendo santo de su devoción. Pragmatismo puro.