Roberto Costa: “Vidal sigue liderando nuestro espacio en la Provincia”

El titular del bloque de senadores bonaerense de JxC dice que Kicillof hace lo que Cristina le dicta.

Roberto Costa es el encargado de la línea política de negociación con el oficialismo legislativo bonaerense por parte de JxC. Desde su teléfono se destrabó la aprobación del presupuesto provincial a través de una mesa de enlace político. Ahora, el gobernador Axel Kicillof deberá girar a las intendencias opositoras un total de  $12.000 millones para obra pública, neutralizando algo la discrecionalidad de recursos.

Al gobernador actual lo observa con recelo ya que no hay un diálogo fluido. Sí destaca a dos funcionarios de su gabinete: Teresa García (ministra de gobierno) y Julio Alak (Justicia) como ministros de calidad institucional.

Cristina es la estratega del Frente de Todos, Kicillof hace lo que ella le dice“, señala quien está convencido que el frente opositor debe ser muy receptivo a seguir sumando dirigentes. Quiere a Emilio Monzó adentro, por esto de “tenemos las puertas demasiado abiertas para los que entran y demasiado cerradas para que nadie se quiera ir”.

Roberto Costa, de raíces en la UCR, sigue siendo el interlocutor de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, a la que considera la líder principal del espacio opositor en la provincia de Buenos Aires. Al mismo tiempo ve a Macri colaborando pero “fuera de las candidaturas”.

 

 

Costa está armando su propio partido para competir en las próximas elecciones dentro de la coalición opositora: UNIDOS, un espacio de peronistas, radicales, desarrollistas, vecinalistas e independientes además de un centro de capacitación política. “Tenemos que poner a los mejores candidatos”, afirma el senador de Juntos X el Cambio, viendo marzo el tiempo límite de definiciones electorales.

El capítulo del Procurador, Julio Conte Grand, es motivo de muchas especulaciones sobre si continuará o no en el cargo. Costa admite que el tema está sobre la mesa debido a que el gobierno de Kicillof presiona para un cambio acorde a las nuevas coordenadas de poder aunque no ve un inmediato desenlace.

Finalmente, Costa observa la situación social controlada pero advierte las diferencias de tratamiento de los grupos sociales y sindicalistas que ya dejaron de hablar de la pobreza.