Ante la falta de candidatos populares, Carrió hará doble campaña

Elisa Carrió será la voz más encendida de la campaña de Cambiemos. Tiene argumentos y además puede embarrarse con menos delicadeza que las posiciones institucionales le indicarían al presidente y a la gobernadora.

Esteban Bullrich y Gladys Gonzalez son opciones demasiado tibias para confrontar con Cristina. En una escuela de Lugano, Lilita junto con Larreta nacionalizó la campaña y dijo “vamos a ganarle al cuco de Cristina”.

Los equipos de Cambiemos en la Ciudad ven a Carrió con cierto recelo, pero muy entusiasta para meterle pilas y mechas encendidas. “La preferimos bancando al gobierno que siendo una quinta columna“, comentó un ministro del gobierno porteño.

El desdoblamiento tiene una sola dificultad: ¿le dará la salud a la líder de la Coalición Cívica, que viene de recuperarse de un pico de stress?. La idea sería mucha TV en la ciudad y algunas recorridas puntuales en la tercer sección electoral, territorio a disputar con la ex presidenta.

En este contexto, seguirá ninguneando a Martín Lousteau, quien reclama un debate cara a cara. El ex ministro de Economía pretende desacralizar a Lilita, poniéndola en la bolsa de la billetera estatal y a la merced de los punteos de Jaime Durán Barba. Una extravagancia de campaña.

Hay un misterio que viene siendo casi de carácter mágico para los lugartenientes de Larreta: ¿Cómo logró el jefe porteño tener una relación tan armoniosa con el “huracán de Recoleta”. Lo mismo cabría preguntarse en relación con Macri.

Hay una lección que aprendió a fuerza de choque la difusora vernácula de Hannah Arendt, y es que a veces hay que desmostar para concentrarse en la principal batalla. Carrió sabe que si no se traga algunos sapos favorece un clima de masa crítica hacia la falta de resultados económicos, y ese escenario es aprovechado por la procesada.

En cambio, si borra de la política al kirchnerismo, podrá ocuparse tranquila de volver a ser la fiscal del poder de turno.